La inteligencia artificial (IA) suscita un interés creciente entre las compañías globales y grandes marcas, que ven en ella un medio para lograr avances significativos, principalmente en cuanto a la generación de texto e imágenes. Herramientas como Dall-E 2, ChatGPT y ahora Bard están conquistando al público general y los expertos en SEO, redacción creativa y diseño, pero la IA ofrece un potencial aún mayor en este ámbito.

En un clima económico centrado en lograr un rápido retorno de la inversión, las empresas —especialmente las que buscan la expansión internacional— recurren a la IA para localizar sus contenidos de forma eficaz en nuevos países, optimizar costes y lanzar mejores campañas de marketing. A medida que los ingenieros amplían los límites de la IA, se ven envueltos en una constante carrera por conseguir algoritmos cada vez más complejos. Enfrentamientos como el que tuvo lugar entre el campeón de ajedrez Kasparov y la IA Deep Blue se han convertido en algo habitual, lo que pone de manifiesto la rapidez con la que se pueden superar las innovaciones y especialidades de la actualidad.

Por ello, es crucial que las compañías consideren los diversos casos de uso de la IA —especialmente en los ámbitos de la comunicación y el marketing— para permitir una mejor adaptación local de sus recursos. Al igual que los pioneros del comercio electrónico hace 20 años, quienes sepan ir más allá de la simple creación de un sitio web destacarán rápidamente.